La NASA ha validado un nuevo combustible para naves espaciales de todos los tamaños, en lugar de hidracina tóxica, incluye un propulsor ‘verde’ menos tóxico y tecnologías diseñadas para acompañarlo.
En poco más de un año desde su lanzamiento, la Misión de Infusión de Propelente Verde de la NASA (GPIM) demostró con éxito que un propulsor y un sistema de propulsión nunca antes utilizados funcionan según lo previsto, demostrando que ambos son opciones prácticas para misiones futuras.
GPIM se propuso probar un monopropelente, un propelente químico que puede quemarse por sí solo sin un oxidante separado, llamado Advanced Spacecraft Energetic Non-Toxic (ASCENT).
Anteriormente conocido como AF-M315E, el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea de EE.UU. inventó el propulsor en la Base de la Fuerza Aérea Edwards en California. Es una alternativa a la hidracina monopropelente.
“Esta es la primera vez en 50 años que la NASA probó un nuevo monopropelente de alto rendimiento en el espacio”
“Tiene el potencial de complementar o incluso reemplazar a la hidracina, que las naves espaciales han utilizado desde la década de los 60”
La demostración efectiva del propulsor de GPIM allanó el camino para la aceptación de ASCENT por parte de la NASA en nuevas misiones.
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