El ocultamiento por parte del régimen chino acerca del nacimiento de una incipiente epidemia en una de sus ciudades más populosas y de mayor empuje industrial fue mucho peor.
Esto de acuerdo a una investigación realizada por una cadena de televisión norteamericana.
NBC News tuvo acceso a documentos confidenciales que daban cuenta de que el sistema sanitario de Wuhan, el epicentro de la pandemia del coronavirus, ya estaba colapsado desde noviembre de 2019.
Beijing informó hacia el 31 de diciembre a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que una nueva cepa viral había nacido en aquella ciudad pero mintió al asegurar que ya estaba bajo control y sin ninguna posibilidad de que fuera a expandirse más allá de la provincia que la contenía, Hubei, al oeste de Shanghai.
Fue el diario South China Morning Post el que mediante una investigación periodística contradijo la información oficial del régimen e indicó que la fecha exacta en que ya se conocía la existencia del nuevo virus era en verdad el 17 de noviembre.
El primer caso confirmado y estudiado como novedoso, de acuerdo a South China Morning Post fue el 17 de noviembre.
Sin embargo, el virus tarda semanas en manifestarse y hasta podría haber circulado en personas asintomáticas durante un largo tiempo hasta comenzar a expandirse por la población de Wuhan.
Las primeras víctimas del ocultamiento que hizo Beijng sobre el nuevo brote virósico que afectaba a una población neurálgica de aquel país fueron los propios chinos.
Estos se vieron imposibilitados de obtener la información necesaria para proteger sus vidas.
Recién el 23 de enero, casi tres meses después de que surgieran los primeros casos, el régimen central ordenó el aislamiento absoluto de Wuhan y su entrada en cuarentena.
Ya era tarde, el virus había comenzado a expandirse al resto del planeta.
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