>Raúl Beyruti Sánchez estaría financiando a las “feministas” que, lo mismo tomaron las instalaciones de la CNDH, que arrojaron bombas molotov y destruyeron patrimonio cultural nacional
CIUDAD DE MÉXICO.- Criticar o denostar las acciones de las mujeres que, desde el inicio de la administración federal se han dedicado a destrozar el patrimonio cultural de México, no representa un acto de violencia de género.
El grupo radical que ha golpeado a hombres de la tercera edad, que ha vandalizado en propiedad privada y últimamente tomaron las instalaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), no son activistas auténticas.
Se trata de un grupo de choque generado desde la delincuencia organizada con el objetivo de desestabilizar a la administración pública con el fin ulterior de lograr impunidad.
Este grupo es encabezado por María Beatriz Gasca Acevedo.
Es Gasca Acevedo quien aterriza los recursos, paga las nóminas mercenarias, dicta la agenda, provee lo necesario para los actos vadálicos y hasta redacta los comunicados de las mujeres que se dicen “feministas”.
FACTURERAS, INTERESADAS EN DESESTABILIZAR
Por otro lado, Raúl Beyruti Sánchez es el presidente de GINgroup, una empresa fraudulenta especializada en la evasión y fraude fiscal, a través de los servicios de “Outsourcing”.
Es Gingroup una de las principales “factureras”, denunciadas por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y por el propio Sistema de Administración Tributaria (SAT).
Este personaje, es además, el presunto financiador de las falsas feministas que han operado, desde el inicio de la presente Administración Pública Federal, todo tipo de golpes mediáticos a través del ejercicio de la impunidad y la delincuencia, a través de Gasca Acevedo, quien en su momento fuera vicepresidenta de recursos humanos y “mano derecha” de Beyruti.
FEMINISTOIDES, UNA HISTORIA FRAUDULENTA
Desde las primeras, manifestaciones auténticas, este grupo se mezcló primero con otros grupos de auténticas feministas quienes realizaban protestas pacíficas, para desde adentro provocar, violentar reporteros y policías, hacer quemas y destruir estatuas, pintarrajear y generar daños irreparables al Ángel de la Independencia y otras alegorías de la mexicanidad.
Luego de la segunda manifestación, las auténticas feministas tomaron “sana distancia” de las impunes delincuentes, por lo que no organizaron movilizaciones masivas, en atención también a los protocolos sanitarios.
Pero para el grupo de feministoides, el tema de la salud pública o cualquiera otro ajeno a su agenda particular es menor, por lo que siguieron organizando manifestaciones y, recientemente, la toma del edificio central de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y unos días después, el auditorio “Ché Guevara” de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Este tipo de grupos, no es nuevo, las administraciones priistas y panistas ocuparon a grupos llamados “provocadores”, quienes tenían la consigna de delinquir en el marco de las protestas que generalmente eran pacíficas.
hacían ello a fin de que la administración local tuviera el pretexto perfecto para intervenir con el grupo de granaderos y así golpear a los manifestantes y luego, fincarles responsabilidad por los hechos realizados por los provocadores.
Muchos presos políticos fueron encarcelados, acusados de vandalismo, daños en propiedad ajena, entre otros, cuando que en realidad fueron inocentes de esos hechos.
PROVOCAR, LA CONSIGNA
Pero las cosas no han salido del todo bien para estos grupúsculos; la intención principal ha sido lograr una provocación tal, que dé como resultado la detención o agresión policial a alguna de ellas, de manera que logren martirizarse, o, en el caso de que se aplique como debe ser, la ley, declararse “presas políticas”.
Pero la administración de la Ciudad de México y del Gobierno federal saben el objetivo, lo conocen y recientemente se ha complementado con lo investigado respecto a la relación de éstas con Raúl Beyruti Sánchez a través de María Beatriz Gasca Acevedo.
FEMINISTOIDES Y FRENAAA, LOS MISMOS ORÍGENES
El objetivo es el mismo, aunque se opere de forma distinta.
Frenaaa es un movimiento que pretende proyectar la imagen del presidente Andrés Manuel López Obrador y la cultura de la 4T hacia el exterior como una administración fascista, intolerante y que además, pretende revivir el tema del “Comunismo” que estaría amenazando a las empresas, las familias y sus propiedades.
Para su dirigente, Gilberto Lozano, es más importante atender a la prensa internacional que sumarse a los suyos en las protestas; esto es así porque, la pretensión de satanizar la imagen de AMLO dentro del país, no le está funcionando, por ello, los medios internacionales se convierten en fundamentales.
Pero lo que hay detrás de Lozano, es la enorme corrupción de las administraciones anteriores que hoy se encuentran en la antesala de ser enjuiciados, por lo que, el costo de financiar, acarreados, inserciones en medios, viáticos de reporteros internacionales y lo que haga falta, es barato, a fin de proteger a los ex presidentes.
Y el asunto de las feministoides, está dirigido a proteger exactamente a los socios de las factureras, sí, los ex presidentes de la República.
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